lunes, 24 de noviembre de 2014

Tormenta entre tormentas


En noches de tormenta mis pesadillas acechan a las musarañas de mi mente, que sin premura, muestran las entrañas más recónditas que habitan en mí ser. Tormentas, sí, el mundo muestra su lado amargo, como la humanidad, que caminan por la vida sin pararse a pensar que no son más que un barullo de gente, son uno más, uno entre una inmensa multitud. Cuando pienso en esto, no puedo impedir que mi mente recree la imagen de un niño que juega con un puñado de hormigas, ajenas a la fatalidad que sin remordimiento alguno les condenará. Dicho niño no distingue, no selecciona, aplasta a placer a las que por azar o destino se cruzan ante esos ojos que predeterminamos como inocentes y puros.



¿Quién determina lo bueno y lo malo, lo cutre y lo extraordinario? ¿Quién? ¿Los mismos que se matan entre ellos? ¿O quizás los que sin ser nada ostentan serlo todo?



Me declaro culpable. Yo mismo creí ser el protagonista de mi propia obra. Devuelto a la realidad vi que simplemente soy una errata, pero como toda errata me dispongo a ser corregida. Porque subir no es malo, siempre y cuando se respeten los tempos que marcan el ritmo de subida, sin olvidarnos nunca de la fragilidad de cada escalón, pues si uno se rompe subo dos. Nadamos en un mar repleto de peces semejantes, ahí está la palabra, semejantes, pero nunca iguales. 

¡Sube! pero que la meta no te impida divisar el punto donde volverás a comenzar.

1 comentario:

  1. No he terminado ni el primer párrafo. Aburrido. Sueltas demasiadas palabras cuando al fin y al cabo no nos estás diciendo nada. Una cosa es que nos metas en situación describiendo ciertas características, y otra esto. Tómatelo como una crítica constructiva, ve mas al grano.

    ResponderEliminar

Gracias por comentar en nuestro blog, cada comentario que realizas a nuestro blog es una nueva aportación para que sigamos mejorando.